lunes, 29 de junio de 2020

REFLEXIONES SOBRE LA INTELIGENCIA EN EL JUGADOR Y ENTRENADOR DE RUGBY



Presentación
Con la propuesta de reunir conocimientos y saberes de distintos lugares y con los integrantes formados en diversos lugares, se reúne un grupo de especialistas con la idea de comenzar a dejar escritos unas primeras conclusiones. Las preguntas que se piensan como disparadoras son:
¿Qué es un jugador inteligente? y ¿Qué es un entrenador inteligente?
Objetivos del estudio:
1)   Definir los conceptos de jugador y entrenador inteligente
2)   Analizar las diferentes perspectivas de donde se mira
3)   Conocer los saberes previos que se poseen
4)   Desarrollar una conclusión sobre los términos elegidos.
Si queremos jugadores inteligentes necesitamos de entrenadores inteligentes y esto va a llevar a entrenamientos que generen esa inteligencia que estamos buscando en los mismos.
Nos estamos cuestionando sobre la inteligencia, pero ¿Qué es la inteligencia? Y según el diccionario de la Real Academia Española nos dice:
“La inteligencia es la capacidad de entender, razonar, tomar decisiones, resolver problemas y formarse una idea determinada de la realidad”.
En cada institución ¿se da preponderancia hacia el desarrollo de una inteligencia determinada con respecto a otras en la formación de los jugadores/as de su respectivo club? ¿Dependerá desde que perspectiva se paren los formadores de esas instituciones variará el desarrollo hacia una/s inteligencia/s?
Una de esas perspectivas sería la del marco teórico de Daniel Goleman sobre inteligencia emocional. Aplicándolo al rugby podría traer buenos resultados.
Además de la inteligencia emocional, estaría interesante también investigar otros conceptos como son: las inteligencias múltiples planteadas por Howard Gardner en la perspectiva de la psicología cognitiva y la inteligencia motriz.
Inteligencias múltiples de Howard Gardner
La llamada revolución cognitiva desarrollada en los años de 1950 en adelante para contrarrestar toda la oleada del momento de la teoría del conductismo. Donde la inteligencia se media a través de una prueba psicométrico donde se obtenía el llamado “Coeficiente intelectual o C.I.”.
Dentro de esta perspectiva es donde se lo ubica a Howard Gardner con su teoría de las inteligencias múltiples. Howard Gardner (1983) produce una reconceptualización en donde propone explicar las bases de las diferencias individuales en la inteligencia.

Gardner tiene dos definiciones de la inteligencia:
Es la capacidad de resolver problemas o de crear productos que son valorados en uno o más contextos culturales” (1983), y
Es un potencial biopsicológico para procesar información que se puede activar en un marco cultural para resolver problemas o crear productos que tienen valor para una cultura”. (1999).

Teniendo en cuenta la segunda definición que realiza Gardner (1999) nos indicaría que:

 Un jugador inteligente es aquel que posee un potencial biopsicológico para procesar información, predominio hacia la inteligencia táctica, que se activa en un marco cultural como es el rugby para resolver problemas que se le presenta en las diferentes situaciones del juego. 

 Mientras que un entrenador inteligente es aquel que posee un potencial biopsicológico para procesar información que se activa en un marco cultural para resolver problemas.

Según esta teoría, todas las personas disponemos de varios tipos de inteligencia, necesarias para nuestro desarrollo personal, aunque no todas ellas se desarrollan del mismo modo en las personas.


 Debido a la herencia, adiestramiento prematuro o la interacción entre estos factores, algunos individuos desarrollan determinadas inteligencias en mayor grado que los demás, pero todo individuo debiera desarrollar cada inteligencia en cierta medida, aunque sólo tuviera una oportunidad modesta para hacerlo.

 En el caso del entrenador tendría que sobrevalorar el desarrollo de las inteligencias intrapersonal e interpersonal, para poder entregarle todo lo mejor a sus jugadores.

 Por eso en cuanto a la enseñanza como entrenador debo tener en cuenta la utilización de distintas estrategias, materiales, y recursos didácticos que cubran los perfiles de inteligencia de nuestros jugadores/alumnos que facilitarán su aprendizaje.

 Inteligencia motriz

 Las acciones motrices trasladan a los protagonistas a un entramado complejo de relaciones cargadas de enriquecedores aprendizajes, sentimientos, emociones y consecuencias sobre su formación motriz, afectiva, cognitiva, social y cultural.

 Las acciones motrices producen una activación de un amplio rango de propiedades sistémicas que merecen ser identificadas y estudiadas en aras de promover una actividad física optimizante.

 De esta idea nos preguntamos: ¿Hasta qué punto la experiencia personal y deportiva del entrenador no va a ser determinante para que se elijan unas situaciones motrices y se desestime otro tipo de prácticas motrices?

 La praxiología motriz o ciencia de la acción motriz tiene como objeto de estudio las leyes, las regularidades y los mecanismos de funcionamiento que se desencadenan en cualquier práctica motriz.

 La lógica interna de un juego exige a cualquier protagonista que tenga que relacionarse de un modo singular con los jugadores (colaborando u oponiéndose), con el material (manipulando los objetos de un modo concreto), con el espacio (usando racionalmente las zonas no permitidas, los espacios de marcas …) y con el tiempo (ajustando las acciones a las secuencias temporales, a la forma de finalizar la partida).

 Todas estas relaciones internas y sus consecuencias práxicas es lo que se denomina lógica interna. Como resultado observable y emergente de la lógica interna de cualquier práctica motriz, aparecen las acciones motrices como patear, traccionar, empujar, correr, saltar, etc. Las reglas del juego son las que establecen los límites a respetar para poder participar, dentro de los cuales se genera un orden o lógica interna que deber ser descubierta.

 El estudio de la acción motriz es el objeto central de la praxiología motriz creada por Pierre Parlebas, quien es el responsable de crear la noción de conducta motriz.

 La conducta motriz es la secuencia de respuestas motrices con nombre y apellido asociada a una determinada persona, entendiendo su actuar de forma unitaria y global por referirse tanto a sus emociones, como a sus sentimientos, deseos y motivaciones.

 A través de sus conductas motrices toda persona expresa, de modo consciente o inconsciente, buena parte de su historia personal, de sus miedos, de sus alegrías, al fin y al cabo, la forma de sentir la vida.

 Por lo tanto, la conducta motriz es la manera personalizada de llevar a cabo las acciones motrices asociadas al juego. Esta conducta refleja desde la motricidad la dimensión cognitiva, afectiva y relacional de la persona que la realiza; remite a la totalidad del ser humano.

 Pregunta que nos surge: ¿El entrenador es un observador avezado de las conductas motrices de sus jugadores? ¿Qué ve?

 Emoción

¿Qué es una emoción? Una emoción es un proceso que ocurre cuando detectamos que algo importante para nuestro bienestar está ocurriendo o por ocurrir. Este proceso está influenciado por nuestras evaluaciones y tiene un impacto en el cuerpo y mente.

Características
Duración breve
Inicio rápido
Componente físico. Experiencia fisiológica característica, cambios en el ritmo cardíaco, transpiración, flujo sanguíneo y temperatura corporal.
Espontánea, sin desearlo, sin control.

¿Cuáles son sus funciones?
Salvar nuestra vida en una emergencia
Motivarnos a la acción, iniciar una conducta.
Esencial para establecer relaciones (contribuyen a conectarnos con los demás)
Comunicación, signos en la voz y en expresiones faciales
Cohesión social

Las emociones condicionan el modo en que cada uno de nosotros vivimos las diversas situaciones que configuran nuestra vida cotidiana. La emoción constituye la primera respuesta adaptativa a nuestra relación afectiva con el mundo. La emoción prepara nuestro organismo para la acción, su aparición es abrupta, instantánea, expresándose mediante manifestaciones físicas tangibles: agresividad, palpitaciones, excitación, etc.

 Por todo lo expuesto es que la enseñanza de la regulación emocional en el deporte se convierte en un tema muy importante para aquellas personas que esperen dedicarse a la enseñanza deportiva como agentes iniciadores en el aprendizaje del deporte.

 El tratamiento pedagógico de las emociones, que surge en el marco de los procesos de iniciación deportiva, adquiere incluso un plano de preeminencia superior al aprendizaje de las propias destrezas deportivas exigidas.

 Parlebas (2000) nos indica lo siguiente: “La afectividad es la clave de las conductas motrices”.

 Al colocar la noción de conducta motriz, estamos poniendo en el centro a toda la personalidad del jugador cuando actúa y mueve su cuerpo. Vale recordar que el concepto de conducta motriz está asociado a una óptica individual y sería mejor reemplazarlo por el concepto de acción motriz, que es una visión más general.

 Ya que toma la realización técnica de tipo orgánico y motor, dentro del marco de una acción subordinada a una determinada intención, a un sentido. La persona mientras participa trata de resolver problemas ligados al contexto físico y/o humano. Esta forma permite el desarrollo de una inteligencia singular por su pertinencia motriz, que es la llamada inteligencia motriz.

 Primeras conclusiones             

 Un jugador inteligente es aquel que posee un potencial biopsicológico para procesar información, predominio hacia la inteligencia táctica, que se activa en un marco cultural como es el rugby para resolver problemas que se le presenta en las diferentes situaciones del juego. 

 Mientras que un entrenador inteligente es aquel que posee un potencial biopsicológico para procesar información que se activa en un marco cultural para resolver problemas.

Según esta teoría, todas las personas disponemos de varios tipos de inteligencia, necesarias para nuestro desarrollo personal, aunque no todas ellas se desarrollan del mismo modo en las personas.

 En el entrenamiento el entrenador para lograr un jugador inteligente debería buscar presentarles la mayor variedad de escenarios posibles, los más parecidos al juego y que el jugador se acostumbre a reflexionar siempre sobre lo hecho.

 Entonces esto le permite al jugador ir generando su propio análisis y sacar conclusiones que pueden servirles para aplicar en futuras situaciones de juego.

 El entrenador tendría que ir haciéndole preguntas del tipo: ¿Por qué tomaste esa opción? y luego escucharlo. Poseer una escucha activa y ser empático.

 Prácticas inteligentes = jugadores inteligentes
¿Es así?

 Por eso en cuanto a la enseñanza como entrenador debo tener en cuenta la utilización de distintas estrategias, materiales, y recursos didácticos que cubran los perfiles de inteligencia de nuestros jugadores/alumnos que facilitarán su aprendizaje.

 Podemos introducir el concepto de inteligencia deportiva. La misma debe ir encaminada hacia la competitividad del atleta, en la adquisición y manutención de la forma deportiva de acuerdo con los medios para tener respuestas oportunas y racionales a las situaciones que se pueden presentar en la competencia.

 Se tienen que cumplir tres principios para poder promover esa inteligencia deportiva:
 1.Principio de información plena, como conocer las fortalezas y debilidades propias y de los adversarios.
2.Preparación adecuada, y
3.El factor sorpresa: Intentar hacer lo que el contrario no espera que haga.

 Por todo lo descripto podemos indicar que nunca hay que dejar de aprender y la premisa fundamental es seguir formando a todos nuestros entrenadores para que ellos generen jugadores inteligentes.

 Cómo citar este trabajo:

Grupo de estudios sobre rugby en América [GESRA]. (29 de Junio de 2020). Reflexiones sobre la inteligencia en el jugador y entrenador de rugby.  https://grupodeestudiossobreelrugbyenamerica.blogspot.com/2020/06/reflexiones-sobre-la-inteligencia-en-el.html
Bibliografía.
Del Pozo Roselló. M. (1999). Una experiencia a compartir. España: Edit. Tekman.
Dugas, Eric; During, Bertrand; Madueño, María Gabriela, tr. (2006) “Inteligencia motriz” Recuperado de: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.136/pr.136.pdf
Gardner, H. (2016). “La mente no escolarizada”. Buenos Aires: Edit. Paidós.
Goleman, D. (1995). Inteligencia emocional. La práctica de la inteligencia emocional. Editorial Kaidos. Recuperado de: http://190.57.147.202:90/xmlui/bitstream/handle/123456789/239/La.practica.de.la.inteligencia.emocional.pdf?sequence=1
Lagardera, F. (1999). La lógica deportiva y las emociones. Sus implicaciones en la enseñanza. Apunts, Educación Física y Deportes (56), p. 99 - 106. Ultima vez visto: el 25/6 /20- Recuperado de: https://www.revista-apunts.com/es/hemeroteca/?article=620&highlight=logica
Lagardera, F., & Lavega, P. (2001). Las actividades físicas y deportivas desde la perspectiva de la Praxiología Motriz. Apunts. Educación Física y Deportes, 66, 78-81. Utima vez visto: el 25/6/20: Recuperado de: https://www.revista-apunts.com/es/hemeroteca/?article=570
Lavega Burguès, P. (2018). Educar conductas motrices. Reto necesario para una educación física moderna. Localización: Acciónmotriz, ISSN-e 1989-2837, Nº. 20 ( Periodicidad semestral / Enero / Junio / 2018), 2018, págs. 73-88. Recuperado de: http://www.accionmotriz.com/revistas_ver.php?id=27
Stone Wiske, Martha. (1999). La enseñanza para la comprensión. Buenos Aires: Edit. Paidós.
Villepreux, P. (1995). Formación del rugby de movimiento. Buenos Aires: Edit. Stadium.
Grupo de estudios sobre rugby en América [GESRA]. (2020). Conversatorio sobre inteligencia. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=pZd1eq7zV68&feature=youtu.be

1 comentario:

  1. Marina (1993) lo define como “el sujeto inteligente no se contenta con aguantar, sino que busca el estimulo y construye su destino”. El propio autor describe inteligencia como “ante todo la aptitud para organizar los comportamientos, descubrir valores, inventar proyectos, mantenerlos, ser capaces de librarse de determinismo de la situación”.

    Entendiendo que lo inteligente es elegir la mejor opción, los deportistas, al manejar un amplio ramillete de experiencias, ganarán en el conocimiento amplio sobre los métodos técnico – tácticos.
    ...
    Nuestro trabajo como entrenadores pasa por ofrecer a cada jugador la posibilidad de transmitir su pensamiento y su capacidad, de ser él mismo, nunca sin olvidar que todas las capacidades deben ponerse al servicio del equipo.
    Hemos de enseñar al jugador a pensar, lo que permitirá al jugador improvisar y que invente sus propias respuestas a problemas con los que se encontrará, partiendo de la base de que nunca se darán dos situaciones iguales en el campo.
    ...
    Este proceso de generar respuestas depende de la utilización de estilos de enseñanza de producción utilizados por el entrenador a la hora de llevar a cabo la puesta en escena de un ejercicio. Nuestro propósito es ser capaces de crear en nuestros jugadores lo que denominamos memoria táctica.
    ...
    (https://coachsportraining.wordpress.com/2014/08/30/el-jugador-inteligente/)

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