Hemos finalizado una nueva etapa de intercambio y aprendizaje. Cada vez que finaliza, el Grupo de Estudios sobre Rugby en América comparte las conclusiones escritas.
Sumamos las primeras conclusiones y en breve publicamos el escrito completo junto a la bibliografía de referencia.
Un jugador inteligente es aquel que posee un potencial biopsicológico para procesar información, predominio hacia la inteligencia táctica, que se activa en un marco cultural como es el rugby para resolver problemas que se le presenta en las diferentes situaciones del juego.
Mientras que un entrenador inteligente es aquel que posee un potencial biopsicológico para procesar información que se activa en un marco cultural para resolver problemas.
Según esta teoría, todas las personas
disponemos de varios tipos de inteligencia, necesarias para nuestro desarrollo
personal, aunque no todas ellas se desarrollan del mismo modo en las personas.
En el entrenamiento el entrenador para lograr un jugador inteligente debería buscar presentarles la mayor variedad de escenarios posibles, los más parecidos al juego y que el jugador se acostumbre a reflexionar siempre sobre lo hecho.
Entonces esto le permite al jugador ir generando su propio análisis y sacar conclusiones que pueden servirles para aplicar en futuras situaciones de juego.
El entrenador tendría que ir haciéndole preguntas del tipo: ¿Por qué tomaste esa opción? y luego escucharlo. Poseer una escucha activa y ser empático.
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