martes, 22 de agosto de 2023

MECANICA DEL APRENDIZAJE Y ESQUEMA DE ENTRENAMIENTO (Parte I)

 


Si bien, en lo específico, la actividad cerebral se aplica a cualquier tipo de aprendizaje, voy a dividir esta nota en una primera parte teórica donde brevemente explicaré en lenguaje simple cómo funciona el cerebro en el aprendizaje y una segunda parte en la que propondré un sistema de transmisión del conocimiento para el uso de entrenadores.

¿COMO APRENDEMOS?

En el proceso de aprendizaje motor se activa el área motora del encéfalo, éste controla todas las funciones del ser humano. El encéfalo está compuesto por el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico.

·         El cerebro controla los movimientos voluntarios, el habla, la inteligencia, la memoria, las emociones y procesa la información que recibe a través de los sentidos.

·         El cerebelo es la parte más grande del encéfalo después del cerebro. Se sitúa en la parte posterior e inferior del cráneo. La función principal del cerebelo es la de integrar vías motoras y sensitivas. Tiene funciones relacionadas con el tono muscular, la postura, el equilibrio y la coordinación automática de los movimientos voluntarios, el habla y la memoria.

·         El tronco del encéfalo transmite señales entre el cerebro y la médula espinal y maneja las funciones involuntarias básicas. El tronco del encéfalo conecta la médula espinal con los centros superiores del encéfalo.

Cualquier información externa al ser humano -o a cualquier animal- ingresa por un receptor sensorial (receptores para la presión, vibración, elongación, tensión, temperatura, etc.)  y además por los órganos de los sentidos (vista, olfato, gusto, tacto, audición)- y viaja por una intrincadísima red nerviosa hasta áreas específicas para cada modalidad sensorial. Los estímulos aferentes son conducidos por neuronas sensitivas, desde la periferia hacia el sistema nervioso central. Posteriormente, luego de la integración sensorial, las neuronas motoras (eferentes) conducen impulsos desde el sistema nervioso central hacia la periferia.

Este proceso se produce en milisegundos, aunque la respuesta no necesariamente sea inmediata. Muchas interacciones entre neuronas (sinapsis), son inhibitorias, por lo cual el movimiento con un objetivo no se manifiesta como estímulo-respuesta inmediata.

La pregunta es ¿cuándo resulta adecuado responder? El estímulo aferente es comparado con nuestro conocimiento (nuestra experiencia), eso marca el tipo de respuesta y el tiempo para emitirla.

Si lo analizamos desde el aprendizaje deportivo (aunque pueda ser aplicado a toda la actividad humana), aquí aparecen las praxias que, si bien normalmente son utilizadas para otros fines, sirven para ilustrar nuestro concepto y que podrían definirse como “la habilidad o capacidad para poner en marcha programas motores de manera voluntaria, normalmente, aprendidos”. Es una función cognitiva que pudiera conducir los movimientos -en este caso- previamente aprehendidos del cuerpo del jugador tendientes a un objetivo.

Aquí cabe destacar el papel de las engramas que podrían ser definidas como el patrón motor memorizado que se emplea para realizar un movimiento o destreza, el cual se almacena en el área motora del encéfalo. Los engramas son una forma de conexión neuronal estable, que se establecen en la memoria, pueden ser mediante la actuación consciente o inconsciente.

A nivel celular, el axón de la neurona presináptica -la que emite el estímulo- genera la excitación de la neurona postsináptica -ésta estimula a las células o fibras musculares para generar el movimiento- de manera repetida, lo que a la larga produ­ce un cambio en ambas, de tal forma que se mejora la eficiencia de su intercomunicación. La repetición del movimiento refuerza y optimiza la comunicación sináptica hasta que lo internaliza, ya no hay que pensar en su secuencia. Otras estructuras subcorticales (núcleos de la base del cerebro, cerebelo, etc.) toman el mando y conducen la secuencia del movimiento, con menor gasto energético y mayor eficiencia temporal.

Resultan fundamentales a la hora de permitir el almacenaje de la memoria, siendo pues la base biológica sobre la que se sustenta por ejemplo la repetición de determinadas conductas o maneras de reaccionar ante situaciones definidas. Los engramas nos hacen sensibles a estimulaciones concretas y facilitan que reaccionemos a ellas de maneras previamente aprendidas.

Pero para que se entienda mejor, es el trabajo de entrenamiento que hacemos el que logra que nuestro cuerpo aprenda un movimiento o destreza. Es así que lo internalizamos, lo hacemos natural, sin pensar en cuáles son las secuencias para lograrlo.

Si bien inicialmente la Neurociencia atendió sólo al control motor, por ser directamente observable, los trabajos más modernos los disgregan en distintos componentes: no motores como cognitivo, psicoafectivo (emoción, motivación, etc.) y otro puramente motor. El cognitivo, incluye aspectos internos y no observables de la acción, por ejemplo, la intención de actuar, la planificación, toma de decisiones, etc.; diferentes etapas que componen el acto motor. Por otra parte, el motor se construye con la implementación de la acción motora en los músculos, como por ejemplo la precisión del movimiento, la fuerza con la que se ejecuta, etc. aunque estos dos factores colaboran para alcanzar una meta común, a su vez son independientes, modulados por distintas regiones cerebrales.

Para resumir el mecanismo de aprendizaje funciona del siguiente modo:

1.      Sensación: alguno de nuestros receptores sensoriales recibe e integra los estímulos.

2.      Este impulso es transportado por una neurona aferente hacia el sistema nervioso central.

3.      Allí nuestro cerebro, a partir de la experiencia, los identifican y los transforman en una percepción, que implica la toma de conocimiento consciente, por parte de la corteza cerebral, de los estímulos integrados que recibe. Esta identificación comienza a elaborar una respuesta que estará condicionada por nuestro temperamento, nuestro carácter y nuestra cultura.

4.      En caso de una actividad física, las neuronas eferentes conducen nuestra respuesta hacia la periferia y modulan la actividad muscular, estimulando en algunos casos (músculos agonistas), inhibiendo en otros (músculos antagonistas), regulando el tono muscular y la velocidad y la fluidez de la secuencia motora.

5.      Si bien este proceso se realiza en milisegundos, la respuesta no necesariamente debe ser inmediata, parte de la respuesta involucra la elección de los distintos componentes del movimiento (inicio, duración, velocidad, fluidez, etc.) para producir la respuesta motora adecuada.

6.      Luego la repetición y corrección de defectos de este estímulo va generando un recuerdo firme en nuestra memoria motriz, hasta que ese estímulo –el movimiento en el caso de un jugador- se transforma en algo “inconsciente”, modulado por estructuras subcorticales. En realidad, no es inconsciente, sino que lo tenemos muy presente en nuestra memoria motriz y sólo el mantenimiento en presencia de este estímulo lo hará “inconsciente”. Porque lo que no se entrena, se pierde.

7.      ¿Qué sentido tiene esta descripción de la secuencia del aprendizaje? Básicamente, la comprensión de cómo se debe construir la transmisión del conocimiento para optimizar la performance de nuestros jugadores y equipos.

En breve compartiremos una segunda parte del presente escrito.

Autor: Jorge Piñeiro

Contacto e inquietudes al mail: nohablemosderugby9@gmail.com

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